domingo, 12 de septiembre de 2010

Historia (real) de una canción


Historia (real) de una canción.

Guillermo Castillo Bustamante nació en Caracas el 25 de junio de 1.910 y falleció el 6 de octubre de 1974. Padre de dos hijos, compositor y pianista, escribió más de trescientas canciones en su mayoría boleros. El más conocido es el bolero “Escríbeme”.

Juvenal Romero, en su libro “Guasina así ocurrió” se refiere a esta obra de la siguiente manera:

“En Ciudad Bolívar, por gestiones de Monseñor Bernal quien nos visi­taba con alguna frecuencia, se logró la introducción al pabellón carcelario en donde estábamos, de un viejo piano para Guillermo Castillo Bustamante.

Con este instrumento a su disposición, muy pronto comenzó a producir algunas composiciones. Entre ellas, la que se hizo más popular entre nosotros: “Escríbeme”, en la cual plasmó la congoja, melanco­lía y temores que eran comunes a nosotros.” (1)

Sin embargo, Simón Ferrer Arévalo, compañero de infortunio en el campo de concentración del delta del Orinoco, señala en su libro:

“En Guasina, tocado su espíritu superior por esos momentos de sublime inspiración que fluye en los poetas y genios, Castillo Bustamante logró componer la preciosa melodía titulada “Escrí­beme”, joya musical muy expresiva que con el tiempo se ha hecho famosa en el mundo de habla hispana. Es un legado lírico a la cultura musical venezolana.” (2) 
Guillermo Castillo Bustamante
Este bolero fue interpretado por numerosos cantantes como Alfredo Sadel, Lucho Gatica, Javier Solís, Los Cuatro Hermanos Silva, Rosita Quintana, Ortiz Tirado, Roberto Yánez, Simón Díaz y otros.

Fue militante de Acción Democrática, luchó contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y es precisamente esta militancia política y lucha, lo que lo llevó a las cárceles de la dictadura y luego al destierro.

         Estando en Guasina se le informó a modo de tortura, que Inés, su mujer también estaba presa en la cárcel de mujeres de San Carlos, y es por esto que su hija era quien podía tratar de hacerle llegar alguna carta y es precisamente a su hija a quien le dedica esta canción.

Es de hacer notar, que al contrario de lo que se cree, nunca tuvo un piano para componer esta canción, que el papel que usaba para escribir, era el de los cigarros que no se fumaba, que en la isla de Guasina, había que ingeniárselas para pasar una carta, pues esto estaba muy restringido y que además los secuestrados de esta dictadura, eran sometidos a trabajos forzados todos los días, lo que solo le dejaba la penumbra en la noche, para intentar escribir alguna carta o canción.

         Fue estrenada por Alfredo Sadel, en el Show de Víctor Saume, programa de televisión que se trasmitía a las 12 del día y hay que señalar, que en aquellos tiempos esto era algo temerario, pues se arriesgaban a ir a hacerle compañía al autor, solo por nombrarlo.


Son tus cartas mi esperanza
mis temores, mi alegría
y aunque sean tonterías
escríbeme, escríbeme.
**
Tu silencio me acongoja
me preocupa y predispone
y aunque sea con borrones
escríbeme, escríbeme
**
Me hacen más falta tus cartas
que la misma vida mía
lo mejor morir sería
si algún día me olvidaras
**
Cuando llegan a mis manos
su lectura me conmueve
y aunque sean malas nuevas
escríbeme, escríbeme…

         Al terminar la dictadura volvió a su tierra y con dolor pudo constatar, que aquellos que no creyeron que saliera con vida de la isla infernal, le habían plagiado algunas de sus canciones.


         Bibliografía:
 (1)   Juvenal Romero, Guasina así ocurrió. 
(2) Simón Ferrer Arévalo, Testomonio del terror en Guasina.


* * * * *




El día 8 de marzo de 2013, recibí un correo electrónico de Inés Castillo, hija del compositor Guillermo Castillo Bustamante, con la que pude tener conocimiento de la fecha de la canción Escríbeme y otros detalles, por lo que con su permiso aquí los incluyo:

Señor Miranda, reciba saludos.
Ud. no me conoce y esta noche, buscando información complementaria sobre Guasina, me encontré con su nombre y correo.

Soy la hija del compositor de "Escríbeme" Guillermo Castillo Bustamante y fue grato encontrar que, además de Juvenal Romero, también Simón Ferrer hace referencia a mi padre.

Leí  hasta esta hora lo que escribió Ferrer y aparece en su blog y ya tomé nota del enlace para los libros.

Tengo particular interés en la foto que aparece de cinco presos en Guasina y quisiera saber si es una foto real o es alguna que se colocó como demostración de lo que allí ocurría. Aparece una carretilla... mi padre era de las cuadrillas de carretilleros.

Preguntará ¿por qué después de tanto tiempo alguien está interesado en Guasina?
Es simple: los pueblos que no conocen su verdadera historia tienden a repetir los mismos errores, eso por una parte.

Pero también, ya a mis años, estoy escribiendo  sobre Guasina, el intento de fusilamiento de mi padre junto con otros cuatro presos (Guido Acuña, Paco Esteller, Jesús Alberto Blanco, Ramón Lancini), la reconstrucción que hizo papá del piano que le consiguió el Obispo de Ciudad Bolívar Monseñor Bernal y el surgimiento del bolero "Escríbeme".

Juvenal Romero ubica la composición en Ciudad Bolívar en 1953, Ferrer dice que fue en Guasina, pero papá nos dijo que fue en Ciudad Bolívar.

Por mucho tiempo pensé que fue en fecha posterior, como en 1956, pero personas que tuvieron presos el 53 y el 54 ya conocieron a "Escríbeme". Por esas omisiones que se cometen en la vida nunca precisé a papá sobre la fecha.

Sé que esa canción se convirtió en un himno para los presos quienes no tenían derecho a visitas sino a escribir una cuartilla quincenal, por ello si las cartas no llegaban era motivo de pena para ellos.

Le agradezco que si tiene algún otro material me informe para conseguirlo. En estos asuntos la documentación es importante aunque, con sinceridad, lo emotivo dominan ampliamente las manos cuando uno se adentra en el horror que vivieron unos 1200 hombres que fueron llevados para morir.

Quiero escribir porque es inaudito que, en pleno siglo XX, una historia tan dura que copió a los campos de concentración de Hitler sea ignorada por los venezolanos y por el mundo en general. Es un compromiso que tengo con la memoria de mi padre y con todos esos hombres que lucharon por la democracia en mi país.

Mi madre también fue presa política y estaba en otra cárcel a miles de kilómetros y ellos, entre sí, no se podían escribir. A veces a uno le toca el papel del mensajero y, por fuerza, la generación a la que pertenezco nos tocó madurar muy rápido para asumir responsabilidades tan grandes que, a estas alturas, todavía pesan sobre mis hombros.

Un saludo respetuoso.
Inés Castillo


Fernando Miranda
Twitter: @miranda1951

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